sábado, 16 de octubre de 2010

Octubre 2009


Mayo 2010 encuentro mi agenda del año pasado, doy vuelta la primer hoja, una pagina llena de tachones y de palabras que me cuestan entender. Recuerdo, octubre del 2009, una de esas tantas hojas que llenaba de pensamientos e ideas momentaneos cuando me enojaba. recordaba haber quemado hojas con la velocidad de la lapicera, gasté tinta como nunca antes. Mi cabeza volaba, las ideas pasaban como flashes una tras otra. Aquí un fragmento incompleto.

"...Y no tengo ganas de volver al mundo porque la paso muy bien en mi mente, porque ahora estoy relajada. Tal vez deba "dejar la puerta de mi mente abierta" y quedarme adentro. Así por la puerta puedo ver un poco del mundo, pero una puerta selectiva, quiero escuchar, ver y sentir solo lo que yo quiera. Quiero libertad de elección para sentimientos. Quiero sentir solo cosas que me hagan bien, no quiero sentirme mal porque me duele. Quiero aprender a elegir mis sentimientos, quiero aprender a decirle que no al dolor, odio, enojo, celos y rencor. Poder decir, gritar que si al amor, la alegría, la paciencia y la calma..."

Ok, pienso, no estoy de acuerdo.

En este momento estoy en la misma sitación pero no pienso igual. Tal vez maduré, tal vez simplemente cambié. ¿Para bien? ¿Para mal? Soy mas positiva, pero no solo eso. Pienso al revez que hace unos meses. ¿Quién me habrá dicho en ese momento que los sentimientos se podían elegir? Que poco humana que pretendía ser. No conozco una persona que pueda ser plenamente una sin sentir, sin sufrir por ello. Vale la pena sentir y mas que nada vale la pena sufrir por ello. ¿de dónde aprendería sino? En este momento agradezco a Dios mis sentimientos, mis dudas, mis penas que serán muchas pero me hacen lo que soy.

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