domingo, 11 de diciembre de 2011

Feriados.

Martes por la tarde, juntos, plaza, besos, abrazos. Martes un poco más tarde, confusión, tristeza, dolor, miedo. Martes por la noche, más confusión, menos duda, enojo. Miercoles por la madrugada, insomnio, mas enojo, menos dolor, claridad. Miercoles por la mañana, decisión, frialdad, duda otra vez, Adiós. Miercoles por la noche, conocer, charlar, observar, analizar, recordar. Miercoles por la madrugada, coquetear, recordar otra vez, decidir, besar, disfrutar. Jueves por la mañana, recordar nuevamente, sonreír, aceptar. Jueves por la tarde, planificar, analizar, recordar una vez más, intentar olvidar. Jueves más tarde, volver a coquetear, sentir seguridad, fotografear, otra vez recordar, hablar, dejar tocar. Juevés aún más tarde, recordar por última vez, sonreír, aceptar, disfrutar, dejarse llevar. Jueves por la noche, recordar, recordar, recordar, recordar, pedir que vuelva a pasar. 
Julia Turner

Extraño


No voy a mentir, no se me ocurriría decir que no extraño la vida que llevaba antes. Si, lo hago. Extraño las locuras que hacía por un hombre, extraño verlo a escondidas, extraño los viajes, el traje del trabajo, la sonrisa, las anécdotas de la familia, los mensajes inesperados, la piel, la duda, los primeros te quiero, el engaño, los planes futuros, la tonada, la cicatriz de la muñeca, los ojos profundos, el cuerpo, la forma de hablar, hasta las mentiras le extraño.  
De otro extraño sus abrazos, su otra tonada, sus propios padres, sus sueños, su música, sus mensajitos, sus risas constantes, sus cargadas, sus golpes, sus ojos, sus piernas llenas de golpes, su inteligencia, sus apuestas, sus milanesas, sus besos inbesables, sus toques, su aliento. 
También extraño de otro las rimas, las escapadas, los encuentros casuales, las ganas, las miradas complices, la inestabilidad, la necesidad de querer sin quererlo, la ideología, la forma de vida, las plazas, el río, la indiferencia, la seguridad, las amigas, las conocidas, la cara. 
Extraño muchas cosas de muchos hombres, extraño dias enteros, extraño noches, extraño los extraños, extraño los olores y las sensaciones. Extraño una forma de vida, pero a la vez ansío otra. 
No extraño el perfume , las lágrimas, los satélites, las frases, los chistes, la verguenza, el color de la piel, el esfuerzo, los rulos, las historias, el conocimiento, los besos, la calma después del huracán, las peleas, la musica tranquila, Adele, los lugares exóticos, los mimos, los masajes en los pies, la ayuda constante, la preocupación. 
No extraño el amor porque nunca lo había tenido, no lo extraño porque ahora si lo tengo. 
Podré extrañar muchas cosas de otros hombres pero sería doloroso tener que extrañar el amor que recibo hoy. 
Julia Turner

Ellos


¿Qué pasa si te digo que soy feliz con los dos? Qué cada uno me hace sentir feliz a su manera, qué entre los dos complementan mi felicidad. ¿Qué pasa si te digo que los quiero a los dos por separado? Si te digo que los dos me hacen falta cada día. 
La fidelidad se vuelve una carga, las relaciones una rutina, las risas un llanto, la vida una miseria. Porque tengo que elegir con quien sonreír hoy, si uno o el otro. Porque por separado no son nada y juntos lo son todo, porque los necesito pero no los quiero necesitar. Me están robando la libertad, pronto me vuelvo una extensión de ustedes, sin decisión, sin voz, sin nada más que silencio. Y ustedes, felices, cada uno por su lado. Felices de tenerme a su lado porque se creen únicos. Y yo triste, sola, con cada uno de ustedes a un lado. Triste, triste porque se que que soy la única. La única que sabe la verdad entre los tres, la que entiende la situación, la única que lo quiso así, la única que va a temrinar mal, la que nadie querrá mirar. 
Pero ¿Quién puede entenderme? Nadie puede hacerlo, porque nadie tuvo dos relaciones como las mías, porque nadie vivió lo que viví yo, porque nadie sintió lo que sentí yo, porque nadie jamás va a estar en mi piel. 
Son tan parecidos y tan distintos, un ying y un yang. Entre los dos lo son todo para mi, por separado me hacen mal, son excesos. Un exceso de ternunra y un exceso de agresión. Muchos besos y muchos golpes. Mucho espíritu, mucho físico. Mucha risa, mucho llanto. Pero con ambos en mi vida lo tengo todo, con ambos en mi vida hay equilibrio, con ambos en mi vida soy feliz. 
¿Por qué se repelen? Si ambos me hacen sentir de la misma manera, completa. 
Julia Turner

Con mis 17 años puedo decir...


No conocerán a persona que esté más orgullosa de su vida que yo de la mia. He logrado la mayor cantidad de metas que he podido, lo he intentado todo, he superado miedos y he tenido un par de finales tristes. 
A los diescisiete años tuve mis aventuras, me arriesgué, probé sensaciones desconocidas, dije la verdad, mentí, desobedeci, jugué, lloré, corrí, nadé y me ilusioné. 
Con tan pocos años tuve un amante en el otro lado del país, conquisté a un extraño, conquisté a un amigo, fuí y volví, me arrepentí, lloré por un hombre, amé a uno solo, deseé a varios, cometí locuras por un par, cumplí cuatro fantasías e hice realidad las de dos personas más. 
En mi vida me miré a un espejo y no me reconocí, me saqué ocho pesos de ancima y me puse nueve más, me tenté, engordé y adelgacé, me reí de mi misma, me operé, me avergoncé, me traumé.
Perdí amigos, perdí conocidos, perdí contactos, gané amigos, gané conocidos, gané contactos. 
Cosmovisioné, monografié, putié y finalmente lloré. 
Me besaron, besé, me abrazaron, abracé, me pegaron, pegue, me hirieron, herí. 
A mi familia la maldije cuatro vecés y la amé un millón mas, los defraudé, los enorgullecí, los privé, les dí. 
Egresé, estudié, me superé, decaí, cambié, me vi, me arrepentí, volví a ser. Leí, escribí, morí. 

Julia Turner

Martes por la mañana


Después de tres años logré sacarmelo de la cabeza. Defnitivamente un clavo si saca a otro clavo. Por fin logre entender que él me hacía feliz pero de una manera muy distinta a la que pensaba yo. Porque el no me iba a sacar a bailar, él no me iba  a dedicar una canción, él no me iba a besar enfrente de todos y decirme te amo, él nunca iba a convertirse en un principe azul. Él es un amor distinto, es mi compañero en la vida, es mi hombro para llorar y mi mano que agarrar, pero jamás va a ser el que me haga amar. Él es especial a su manera y siempre lo será, el fue especial y nunca lo voy a olvidar.
Al que quiero al lado en mi vida es al que tengo hoy, el que me hace reir y llorar, el que me escucha, me entiende, me quiere, me respeta... él si es el que me enseñó lo que es el amor. Él no manda en la relación pero yo tampoco lo hago, ahí comprendí lo que siginifica ir a la par. Jamas había compartido, jamás habia querido al otro más que a mi misma, jamás me había mostrado como soy yo en realidad, ni siquiera había sido capaz de enojarme años atrás. Con él no tengo miedo. 
Lo que me gusta es que lo puedo abrazar cuando quiero, lo puedo besar, le puedo pedir calor y le puedo pedir espacio. Lo puedo hacer reír y llorar, pero no es un muñequito, lo que hago en él lo hago porque él lo quiere también así como todo lo que él hace en mi es porque quiero ser influenciada por él.
Julia Turner

Porque me importás


Abrí el cajón sin saber lo que buscaba, y encontré algo sin saber que lo necesitaba. Allí estaba desde hacía un poco menos de dos años la caja roja con forma de corazón y allí dentro todo lo que mi corazón había guardado en memorias estaban convertidas en recuerdos físicos. Cuatro boletos de colectivo, un papel de bon o bon, un chupetín, una caja de cigarrillos, una entrada de cine, una placa de un BMW y un anillo con un corazón. 
Ese anillo que me regalaste cuando no eramos nada más que amigos, ese anillo que me diste el día que te empecé a querer, ese anillo que llevé puesto por más de tres meses. 
Y así empecé a recordar, a recordarte. Y me acordé del día que te sentí más cerca que nunca, ese día en el Marimenuco que me abrazaste tan fuerte, ese mismo día que me agarraste la mano por primera vez, el primer día que pasamos más de dos horas juntos. Recordé también tu primer beso, nuestros primeros masajes y también los primeros mensajes. Vinieron a mi memoria mis histeriqueos y tus risas, tus amigos y mis mates feos. Se acercaban a mi memoria una sonrisa tras la otra. No puedo sacar de mi mente todavía todos los momentos en los que me acompañaste y me escuchaste, la carta del final, los últimos mensajes. 
Pienso cada día en esas veces que casualmente quisimos revivir la pasión, pienso en todo lo que sentí. Me pregunto el motivo por el que todas las veces vuelvo a tí. 
Es que te quiero, es que me aceptás como soy, es que me protegés y te importo, es que me conocés bien. 
Y estoy feliz hoy porque puedo soñar con vos sin sentir culpa, porque puedo abrazarte y besarte como y cuando quiera.
Es que estoy feliz de que una vez más hayas vuelto a mi.  
Julia Turner

Enojo


Si desde un principio hubieramos dejado todo en claro estaríamos bien, pero no, jamás lo hicimos. 
Nunca comprendí si fue nuestro miedo a que la verdad nos separara o si era el deseo de que la mentira nos uniera más. 
Te puedo decir la fecha exacta en la que te conocí, el día y la hora de la primera vez que te besé, la última palabra que te dije y la última que me dijiste, puedo pronunciarte frases dichas por ti de memoria, recuerdo el día que me empezaste a gustar y memoricé cada uno de tus razgos sin querer. 
Jamás lloré por ti porque no me lo permití, pero mil veces lo hubiera hecho. Intenté alejarme de ti por cada una de esas veces pero jamás lo logré. Hay algo que me une a tí y no entiendo qué es, hay algo que nos une y jamás lo entenderé. Se que me has querido abandonar más veces de las que yo quisiera recordar pero hay algo en ti que tampoco te lo permite. Yo no lo llamaría ni destino  ni amor, pero tampoco es costumbre ni amistad, no es necesidad, no es apego, no es nada de lo que había sentido hasta hoy. 
Hoy por última vez en mi vida lo intentaré, intentaré olvidarme de ti, no volverte a hablar. Intentaré resistirme a la tentación de decirte esas cosas que se que te hacen reir, de abrazarte, incluso de sonreirte. Por primera vez en mi vida voy a madurar y voy a olvidar aquello que realmente me hace mal. 
Porque es asi, vos, quien tantas sonrisas me diste, quien tanto me ayudó cuando lo necesité, el que me abrazó cuando nadie más lo hizo, el que me acompañó en mis mejores y peores momentos...vos... vos sos el mismo que me hace tan mal, el que me altera el humor, el que me hace enojar, el que cambia mi mentalidad. 
Julia Turner
De vos... no quiero saber más- 

Momento

Era una escena muy a lo "Sex and the city", me sentia Carrie, ya amaba los zapatos, ya tenia rulos, ya tenia el pelo rubio, ya amaba escribir, solo me faltaba pesar un kios menos y era su doble. Él, al lado mio, sentado en el sillón completamente desnudo, no me miraba pero hablaba sobre los hombres, sobre el sexo, sobre la mujer, sobre los sentimientos. Casualmente se tocaba el ombligo y yo acompañaba su mano. No podía creer que esa piel fuera de hombre, tan suave, tan delicada. Me miró y lo mire, amo que me mire así, y me preguntó en que pensaba. No sabía si responderle, creo que mi silencio fue demasiado largo pero logré decilo. "Me gustas mucho" y él solo fue capaz de arruinar ese momento con un frío y seco "¿Por qué?"

sábado, 3 de septiembre de 2011

Amante convertida en novia


Me enamoré de ella cuando aceptó que la engañara, me enamoré cuando me miró fijo a los ojos y me dijo "no eres mio", me enamoré perdidamente cuando admitió que los suyos no eran los mejores besos. Me enamoré de todas sus imperfecciones.

Antes no la quería, ya tenía otra a quien querer, ella era un pasatiempo que comenzó a ocupar todo mi tiempo. De pronto ya no pensaba en mi compromiso y pensaba en ella, quería tenerla al lado y olerla. Ese perfume a niña pequeña que siempre traía puesto.

La ultima vez que la ví no sabía qué sería de mi destino. Ella estaba acostada en su cama, que cada vez nos quedaba más grande, a mi lado. Tenía puesto ese pijama que ya nada le tapaba desde hacía horas y ni siquiera se molestaba en correrlo para evitar que la luz del día resaltara cada marca de su piel. Yo la veía ahí, cómoda entre mis brazos.

Todo se terminó cuando se despertó y me miró. Todo se terminó cuando me dijo que debía irme. ¿Desde cuando una niña echa a un adulto de su casa? ¿Por qué tanto apuro si sabíamos que nadie llegaría? Fue la más directa de todas mis prezas, me lo dijo de frente y lo admitió sin lágrimas. "Debes irte porque me he enamorado".

Ella lo sabía, todos lo sabían. Ella era "la otra" y lo tenía muy en claro, casi tan claro como que no quería serlo.

Pero yo también me había enamorado, ya en los últimos encuentros la miraba con otros ojos. Era tan madura, tan histérica, tan miedosa, tan frágil, tan intolerante, tan alegre, tan gritona que no podía evitar desearla. Era la imperfecta más perfecta, cada uno de sus defectos la acercaba más a mi chica ideal.

No me quería ir ese día pero eso era lo que deseaba y le había jurado cumplir todos sus deseos, jamás había pensado en éste. Me puse la ropa tan lento que fui capaz de memorizar cada sensación, ella acompañaba cada movimiento mio con sus manos, ella abrochó mi pantalón y cada uno de los botones de mi camisa. Maldije sus deseos y su capricho de enamorarse de mi.

¿Y la novia donde quedó? La novia era superficial, la novia no sonreía con los besos en el cuello ni miraba fijo a los ojos, la novia no me abrazaba cuando llegaba, solo me sacaba la ropa, no me daba la mano al caminar y no me deseaba buenas noches. La novia no se preocupaba si me dolía algo, no me daba besos en la espalda, no cocinaba para mi y no me escuchaba por horas. La novia no era fiel ni yo a ella. La amante era fiel, la amante era más novia que la novia.

Yo no era quien había querido ser


Era la primera vez que mentía así, tan descaradamente. Habían sido seis meses trabajando de algo en lo que la mayoría tenía una doble vida, la mayoría excepto yo. Un viernes la tenía ahí, servida. Era mi víctima, era la crédula que iba a ser usada como ningun otra mujer, la que iba a aguantar el castigo de las decenas que habían estado antes de ella y me habían ido rompiendo el corazón, hasta que se transformó en un simple órgano vital, sin un solo sentimiento.

Al principio fue fácil, solo frases típicas. Para los mensajes me ayudaban mis compañeros de trabajo, los escribian ellos y nos reíamos con cada una de sus respuestas ilusionadas, la muchacha desesperada por amor. La ví, esta vez a solas y me dió lástima. Allí estaba ella sentada en un banco de plaza con su pollera colegiala y sus piernas cubiertas con medias azules hasta las rodillas, sonriendo y temblando de nervios, yo era un desconocido para ella. Logré besarla después de poca charla, ni yo lo podía creer, era muy malo en esto porque no era una costumbre, le había hecho solo dos halagos ¿tan fácil era?. La besé y me derretí, no lo podía creer. Era una niña frágil y yo la estaba corrompiendo. Me fuí diciendole que la llamaría, que nos volveríamos a ver, fue mi última maldad.

Pasó una semana y no lo podía evitar, la quería volver a ver, la quería volver a besar. Cumplí mi promesa y la volví a ver, arriesgué mi trabajo y mi integridad física, todo por volverla a ver. Porque cada vez que había intentado dormir esas semanas no podía hacerlo sin pensar en ella, sin ver la foto que había logrado robarle. ¿Qué me estaba pasando? ¿Dónde había quedado la doble vida que pensaba comenzar? Ya no quería besar a nadie más que a ella.

Pronto me demostró no ser tan pura e inocente como me había mostrado esa primera vez, eso me encantaba. Era salvaje, era arriesgada, era romántica, era angélical, cambiaba de personalidad con cada encuentro.

Ella se llenaba de inseguridades y desconfianza, me lo demostraba en cada mensaje y a mi me enojaba... me enojaba saber que en algún momento habría tenído mil motivos para hacerlo pero que esta vez era distinto, que yo no era quien había querido ser.

Pasó poco tiempo y yo ya no quería hacer otra cosa que verla, que besarla y tocarla, quería hablarle y reírme. Era irresistible para mi, la quería para toda la vida a mi lado.

CONFESION DE AMOR


Jamás pensé que me animaría a hablarte, jamás me imaginé que me ibas a responder, no entraba en mi mente que me beses y jamás, ni en lo más profundo de mi ser, había soñado con que salgamos juntos.

Esto es una locura y me encanta, esto es riesgoso y me llena de adrenalina. Me gustás vos y tus besos, me gustás vos y tu acento al hablar, me gustás vos y tus historias de viajes, me gustás vos y tus mensajes sin puntuación, me gustás vos.

Odio tenerte tan lejos, pero amo el momento en el que nos volvemos a ver. Adoro esconderme del mundo para que no nos maten y sentirme en plena película de acción. Desespero cuando no te puedo despedir con un beso porque te estan vigilando y me fascina la sensación de que alguien pueda entrar a la casa mientras estamos juntos. Se mueve lo más profundo de mi interior cuando te veo caminando por mi casa como si fuera tuya y no se explicar el sentimiento durante esos viajes juntos.

Te has convertido en alguien y eso me da miedo, ya no sos " el de...", ahora sos "ÉL". Te quiero tener cuando tenga ganas, que necesito al lado mío un sábado para mirar una película, te deseo para abrazarte y besarte como nadie más, te pido que estés para hablar.

ADORNANDO LA REALIDAD


Locuras por hombres he hecho diezmil, pero lo de hoy fue una demencia. Seamos correctos con el vocabulario, seamos argentinos: "me fui al carajo". Literalemente, viajé veinte kilometros con el fin de ver a un hombre que no es mi novio, que solo había estado conmigo una sola vez y con quien solo me mandaba muy pocos mensajes por día, si es que nos mandábamos y a quien solo conozco hace tres semanas.

Yo no se si fueron la cantidad de drogas que tomé la semana pasada para mi dolor de garganta que hicieron efecto tardío o si simplemente tengo serios problemas de locura, lo que importa es que hoy a las 4.45 de la tarde me encontraba en un colectivo al que jamás me había subido rumbo a la terminal de omnibus de neuquen (la cual tampoco había pisado jamás). Por lo tanto, el hombre no era el único desconocido, todo era poco familiar para mi.

Llegando a la terminal la panza me rugía como si no hubiera comido en años, pero eran solo los nervios y mi conciencia me molestaba como si hubiera cometido un crimen, pero eran solo las miles de mentiras que le había dicho a mi madre. Pisé la terminal. No entendía nada. ¿Alguien es capaz de explicarme por qué la terminal de Neuquen Capital es casi un aeropuerto? ¿Cuál es la maldita necesidad si está desierta?

Decidí ubicarme, a falta de mapa volví al viejo método de parar al que tenga cara de más ubicado y preguntar. Por fin fui dirigida hacia las cabinas de la empresa "Via Bariloche", luego de diez minutos de obserbar a la responsable de atenderme jugar al solitario fui atendida y conseguí como única información que ningún via Bariloche venía desde San Martín de los Andes. ¿Qué? ¿Me había mentido? ¿Todo era una farsa? ¿Hice veinte kilometros para nada? Ya sentía las lágrimas brotar desde lo más hondo de mi ser cuando me llegó un mensaje informándome que viajaba en el Valle y que ya estaba llegando. Me sentí realmente estúpida e intenté largar una pequeña risa para liberar un poco de estrés pero lo único que conseguí fue sonar como si hubiera estornundado estando congestionada. Un desastre.

Sola, en una terminal enorme y desierta los minutos pasan más lentos que en la propia escuela, y yo que creía que eso era imposible. Por fin un alatavoz me informó que el omnibus había llegado, cuando quise salir afuerma me encontré con un guardia que me señaló poniendo la peor de sus caras un cartel que decía "puerta de embarque, pasajeros unicamente". Tenía que ser un chiste, esto no podía estar pasando. Repito: No es un aeropuerto, es una terminal. ¿Para qué hacer una puerta de embarque separando gente?

Mi espíritu rebelde estaba al máximo, ya había atravezado dos ciudades para estar allí y le había mentido a más de cuatro personas, por lo que cuando el guardia se distrajo me largé a correr hacia la puerta hasta que porfin logré pasarla y encontré refugio donde no me pudiera ver traz una columna. Mi corazón latía al máximo, ya no distinguía si era porque al fin iba a verlo o si era el resultado de mi aventura para pasar por la puerta.

Y por fin llegó el momento tan esperado, se abre la puerta y baja el, primero, igual como lo recordaba desde la última vez, la única forma de recordarlo porque era la única vez que lo había visto. Esbosó la mejor de sus sonrisas y me besó, ni mucho ni poco, me besó como saluda un esposo a su mujer al llegar del trabajo. ¿Es necesario que me gaste en encontrar los adjetivos para explicar la desilucionante situación?.

El estaba trabajando, yo era solo la que lo interrumpía... aunque yo sabía que el deseaba ser interrumpido. Esperamos a que todos los pasajeros subieran y se ubicaran y sin que ningún guardia lo notara me escabullí dentro del omnibus con él. Esperé abajo mientras él seguia haciendo rutinas de su trabajo, luego bajó y me dijo muy cerca del oído "disimuladamente subí hasta la antultima butaca a la izquierda, te encuentro ahí". Listo, era lo que faltaba para terminar de hacerme la película. Eramos ilegales, estábamos haciendo algo que no correspondía. Yo, menos de edad, él mayor de edad. Él podía perder su trabajo si su jefe sabía algo, yo podía perder mi libertad si mi madre se enteraba.

Me escabullí y llegué al punto de encuentro, a los pocos minutos llegó él y se sentó a mi lado. Ya no estaba nerviosa, solo quería besarlo, confiaba en él plenamente a pesar de que no lo conocía. Nos besamos, no había otra cosa que hacer, nos hablamos muy baijto al oído y nos prometimos cosas que yo no había prometido jamás. Me regaló una señal de su confianza y la atesoré con mucho cuidado.

De pronto yo ya no era ni prófuga, ni ilegal, ni desconocida, ni una estudiante, ni siquiera era una idiota cumpliendo lo que sus impulsos dictaban. Yo era suya, yo quería hacer lo que él me dijera siempre y cuando él me rodeara con sus brazos y me diera sus besos. Pero me miento... yo no era suya... yo quería serlo, yo podía lograrlo.

Y no fui la única que sintió, lo confesó el después. No soy la única que cree que esta es la mejor locura. Somos así, extraños, entre nosotros y con los otros, pero yo creo que eso nos hará felices.

Por primera vez en mi vida, el viaje Neuquen- Cipolletti no tuvo el mismo significado. Esta vez, ese viaje fue el principio de algo.

domingo, 3 de julio de 2011

Ella, mi hermana mayor


"..siempre sabes ser mi guía y mostrarme las direcciones,

en mis momentos de duda,

y ante las duras desiciones..." (Nach- Amor libre)

Si tu has usado la fotografía para demostrar yo usaré las palabras porque es mi medio, porque es la única forma que encuentro de expresarte lo que siento.

No se si te enojará descucbrir algún día, tal vez hoy incluso, que todo lo que pienso de ti cualquiera que pase por mis notas lo pueda leer. A mi no me molesta, más bien era lo que pretendía, quiero que el que esté interesado en leer que lea y que sepa quien sos para mi. No voy a ocultar sentimientos solo porque no son obvios.

A ti querida hermana te quiero decir gracias, perdon, por favor y te quiero por todas las veces que no te lo dije antes. Quiero agradecerte por cada una de las cosas que has hecho por mi, por ser ejemplo y guía; por hacerme favores, desde ordenar mi cuarto hasta alcanzarme el teléfono; por ser mi confidente para mis secretos más hondos; por decirme "te queda hermoso" o "sacate eso" cuando fue necesario; por mirarme mal cuando hacía algo que no correspondía porque cada una de esas miradas las entiendo hoy; por enseñarme a leer y a escribir (Si, ya estoy llorando); por obligarme a ver tantas veces rey león o la Sirenita aunque la últimano me gustaba nada; por darme la computadora cuando te la pedía y no enojarte cuando te la robaba a vos; por hacerme reir con tus preguntas y charlas de mesa; por no pegarme cuando armaba bochinches o le decía a mamá lo que hacías; por perdonarme tantas cosas y por pedirme perdón por tantas otras que no deberías porque no eran tu culpa; por irte tan lejos y hacerte extrañar y valorar todo lo que teníamos; por escucharme siempre aunque haya contado un chiste malo o mi peor catástrofe amorosa; por reirte conmigo de esas estupideces que solo vos y yo nos reímos; por cantar conmigo en Tucumán e inventar una canción; por dormirte en cada viaje de auto arriba mío; por calmarme cuando estaba aterrada y darme energía cuando estaba desganada; por cocinarme tus tartas ricas de choclo y otras esquiciteces; por aceptar novios mios que nadie más aceptó; por ser sincera; por mandarme mail y acordarte de mi desde tan lejos; por enseñarme qué es la música aunque después haya elegido mi estilo propio (sigo abriendo jessie j- price tag, fue la ultima mientras estabas aca); por llorar adelante mio sin verguenza y dejarme llorar; por entenderme; por suplicarme y dejarme rogarte ciertas cosas; por inspirarme; por retratarme; por retarme (jaja); por cuidarme y protegerme; y finalmente por ser la clase de hermana que todas deberían ser, especial y única.

Te quiero pedir perdón por todo lo que he hecho mal que te haya afectado y en especial por cada una de las veces que me aconsejaste y no te quise escuchar. Porque 15 meses no son mucho pero lo son todo, porque en 15 meses sí viviste más que yo y me puedes acosejar. Me he resignado toda mi vida y parecía no querer aceptar que vos eras mi hermana y que tenías derecho a decirme ciertas cosas de vez en cuando y que eras una persona de confianza, no una desconocida que vivía en mi casa. Apreder a confiar en vos desde "las lejanías" me permitió descubir en vos algo que jamás había visto: una amiga. Una consejera de primera, mucho mejor que otras personas de mi pasado y alguien con quien podré contar siempre, pase lo que pase. Perdón también por no haber notado antes cuán parecidas somos y cuantas cosas pordemos compartir, cuánto soy capaz de extrañarte cuando no estás y todo lo que me haces falta en mi día a día. Es difícil llegar a casa y saber que no estás, que a nadie le importa que hizo tal profesor o con quien sale equis persona, que fulano tiene una foto de perfil espantosa y que a mengano le cortaron pero se hace el superado, que sultana y su mejor amiga se pelearon a muerte. Y verte reir por facebook o camarita de Skype no es lo mismo que verte reír en persona, y desde la pantalla tu sonrisa no se ve tan grande y tu cara tan roja cuando te reís, tampoco te podés parar de la mesa para explicar una situación o dejar 50 frases inconclusas hasta que te tenemos que parar.

Por favor nunca dejes de ser así ni de decirme todo lo que pienses auqnue eso me pueda hacer enojar. Te ruego que jamás dejes de ser mi hermana preferida y no me cambies por ninguna más, que nunca dejes de reirte de mis chistes aunque empeoren con el tiempo y que jamás permitas que miremos programas de televisión distintos. Por favor opiná, opiná y opiná cada vez que creas que debes hacerlo en mi vida, porque tu opinión vale mucho para mi (aunque no la tenga en cuenta me planteo mucho las cosas si vos me dijiste que no me convenía y yo digo que si, para lo que sea). Y por último en las cosas que te quiero pedir es que vuelvas, que vengas, que me visites. Que te vengas conmigo tres días a "encerrarnos en un espacio al aire libre" y hablar solo nosotras dos y divertirnos a nuestra manera, a jugar un partidito de chin/jimm o de uno, a sacar un par de fotos, cocinar y reirnos hasta que nos duela todo.

Para redondear, mi último fin en esta carta era decirte te quiero por todas las veces que no lo hice, porque me costó admitirlo, porque no quería, porque no se porqué. Te quiero a pesar de todo lo que ha pasado, pasa y pasará. Te quiero como una hermana puede amar a la otra, como amiga, como madre/padre, como maestra, como consultora y psicologa, como cocinera, como payaso, transformista, cantante, actriz y como todas aquellas cosas que hemos sido juntas. Porque siempre te recuerdo con una sonrisa y no quiero que jamás cambie.

Te quiero y te extraño querida hermana aunque quisá jamás leas esto.

Tu hermanita menor.


Julia Turner

Fotografía por Valeria Ribas

You & Me


Es muy difícil mirarte y que no me mires, tanto cómo es hablarte y que no me escuches. Es horrible pensar en vos sabiendo que no estás pensando en mí. Mentiría si dijera que no me enoja la situación pero era la única solución. No te estoy pidiendo mucho... solo que me extrañes cuándo no tengas con quien reír, que te den ganas de abrazarme cuándo me veas con otro, que te tientes de mirarme cuándo digan algo que nos involucre. Solo te pido que me quieras aunque ya no quiera quererte.

Julia Turner
Fotografía por Julia Turner. Modelo: Julia Troia

Evidentes


Ese día estaba en tu casa lavandome la cara en tu baño, cuando levanté la vista me vi reflejada en el espejo y tu estabas detrás mío. No pude evitar mirarte por el espejo y me abrazaste desde atrás, tus manos rodeando mi cintura me hacían sentir cómoda y tu cabeza apoyada sobre mi hombro también. Nos miramos los dos al espejo, era la primera vez que nos veíamos juntos, nunca jamás lo habíamos hecho porque no teníamos fotos y jamás habíamos estado abrazados frente a un espejo o vidrio. Nos sorprendimos, nos veíamos bien. No pude evitar notar que mis ojos no eran los mismos que cuando me veía en el espejo de mi casa, los tuyos eran los que siempre tienes cuando me miras pero no los mismos que cuando miras a tus amigas. Nuestras caras eran raras, no eran las de siempre. Supongo que eso es lo que ve la gente cuando estamos cerca, eso es lo que los hace preguntarse sobre nosotros, eso es lo que los hace decir esa palabra que no te gusta escuchar. Somos muy evidentes, nadie se cree las mentiras que les decimos hace años... ya no existe esa mentira porque nadie la cree.

Julia Turner

Muestra de cariño


Lindo es levantarse por la mañana y darse cuenta que uno no tiene sueño. Lindo es abrir la heladera y descubir que está preparada tu comida favorita. Lindo es levanatarte y tener un mensaje de texto de alguien que esperábamos. Lindo es estar con 40 grados de fiebre y tosiendo bacterias y que tu mejor amigo vaya a tu casa a darte un abrazo igual. ¿Sabés qué es mucho más que lindo? Lo que me pasó estas últimas semanas.

Ya no era ni lindo ni hermoso ni bello. Era espectacular, era para recordar, era como para hacer una nota en facebook y que el mundo se entere.

Dos miércoles atrás por la noche me encuentro conectada a mi facebook y se conecta la persona que sale conmigo para hablarme, me tira un par de preguntas tipicas, algo así como "¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿Que hiciste hoy?" Mis respuestas tan cortantes lo obligan a preguntar si estoy bien, para encontrarse la peor respuesta: "Si, esta todo bien". Asi, cortado, sin ningún "jaja", ni dos puntos pe, ni dos puntos parentesis, nada de nada. No se lo creyó, obvio. A la fuerza me terminó arrancando las palabras de la boca, una por una para enterarse una hora más tarde de que después de 4 meses de idas y vueltas, de mensajes de texto, de juntadas y tardes apasionadas yo ya no quería estar con él. ¿Por qué?, qué buena pregunta... ¿Cómo se lo explico?... Me gusta otro. Se lo dije porque habíamos prometido ser sinceros siempre y esta no iba a ser mi primer excepción, sobre todo sabiendo que posiblemente era la última vez que hablaríamos en buenos términos.

Es una lástima no haber podido ver su cara en ese momento, le estaba diciendo la verdad muy crudamente, ni siquiera había tenido tiempo de preparase porque de un minuto habíamos cambiado el tema de conversación, de mi estado de ánimo y mi día a nuestra inexistente relación amorosa que terminaba por no ser lo suficientemente amorosa. Me tenía que ir de la computadora porque mi padre estaba atrás mio acomodandose la mandibula después de enterarse de que solía tener una relación, le pasa por metido. No tuvo ni compasión de mi ni del pobre chico del otro lado que no comprendía una palabra y me sacó de la computadora.

Seguimos por mensaje de texto a pesar de que hace años juré jamás cortarle a una persona por mensaje de texto, me parece lo más "cara rota" en este mundo. Me preguntó por el chico que me gustaba y le respondí cada una de sus preguntas, no evadí nada y esperaba constantemente ese mensaje donde me dijera que era una puta, que no me merecía su cariño, un "no te quiero ver más" o por lo menos que me deje de responder los mensajes. Aquí es cuando empieza el momento sorprendente de la semana, se rompen los esquemas y todo se sale de lugar. Me llega un mensaje que no podía comprender, mi mente lo rechazaba, no podía ser cierto. "Te quiero y te deseo lo mejor con él. Gracias por todo lo que pasamos juntos".

Ahora, no se si es una excelente táctica para que yo me arrepienta de no querer estar con él o si él es realmente así como persona, pero desde aquel día en adelante no dejé de recibir mi mensaje matutino para desearme un lindo día, no dejó de hablarme ni de escribirme por el face. No me escribía intentando convencerme de que volvamos a estar juntos, me dió consejos para conquistar a mi amigo, se fijó que me encontrara bien cada día, cuidó de mi y me deseó lo mejor en todo momento. Nunca se despidió de una conversación sin antes decirme que me quería.

Me alienta a ser sincera con la persona que me gusta y confesarle mis sentimientos, me da fuerzas y no deja que mi autoestima decaiga, me habla de la vida y de sus experiencias. Yo creo que eso es quererme. Y no lo comprendo porque yo lo usé, yo estaba con el sabiendo que sentía algo por otro, yo nunca le pregunté cómo andaba o cómo había sido su día, nunca me desperté por la mañana pensando en él, tampoco me preocupé por saber si le sucedía algo, yo no lo quería y el ahora me demuestra cariño incondicional.

Para mi es extraordinario cuando uno piensa que no ha logrado influenciar en la persona y de pronto descubre que detrás de ese hombre que parecía ser frío había una persona buscando cariño y que sin siquiera notarlo se lo has brindado.

Me siento culpable, es como hacer una torta y no comerla dejando que se pudra, es como ponerse un vestido y no ir a la fiesta, como decorar tu casa y luego venderla. Abrí su corazón y luego no quise entrar en él.

Esto es una disculpa pública aunque quien debería leerlo jamás lo hará. Es un agradecimiento por quererme y respetar mis desiciones. Es mi única forma de expresar mis sentimientos sin sentirme estúpida.


Julia Turner

Nosotros


Me reí hasta que me dolió la panza y cada uno de los músculos de mi abdomen. Te miré hasta que me miraste y nos miramos hasta que nos avergonzamos. Nos abrazamos hasta que no encontramos una excusa para seguir haciéndolo. Enlazamos las manos hasta que promediamos nuestro calor corporal. Nos acercamos el uno al otro hasta que pudimos sentir la respiración en nuestro oído. Nos susurramos mentiras hasta que nos dimos que era en vano porque ya nos conocíamos demasiado. Fingimos no querer seguir hasta que no pudimos evitar nuestros impulsos.

Julia Turner

Cuatro cigarrillos y una decision que tomar.


La caja de los Marlboro estaba al lado de ella en el escritorio, el encendedor naranja arriba. Tentaban. Quedaban 7 cigarrillos y ella recordaba perfectamente cuando y donde se había esfumado ese octavo. Seguían tentando. Estaba nerviosa, hambrienta y con una sed de suicidio que literalemente mataba. No lo pudo contener. El viento no le dejaba prenderlo y parecía novata, las manos le temblaban y su boca estaba tensa. No podía dejar de pensar.

Septiembre, primavera, "la estación del amor" por primerva vez en su vida era lo último que se le pasaba en la cabeza, no eran tiempos de andar mariconeando por un chico que no existía, era el momento de deprimirse porque no sabía su futuro. Esa noche, el dia siguiente y el otro los tenía planeados, de allí en adelante... nada. No es algo preocupante, uno debe vivir el momento, ni planeando ni recordando mucho, la espontaneidad por encima de todas las cosas, pero este era uno de los pocos casos en los que ser espontaneo no sirve y las cosas hay que pensarlas.

El primer cigarrillo de esa tarde se lo fumó con un "mamarracho" en la cabeza, ya para el segundo las ides se habian acomodado un poco y para el tercero comprandía con bastante facilidad lo que sucedía y se irritaba. Ella pensaba... ¿Cuándo había dejado de ser niña? No sabía si habia sido durante su fiesta de 15, mientras sacaba el carnet de conducir, probaba su primer cigarrillo, compraba su primer preservativo, salía al primer boliche o si fue cuando le dieron la llave de su casa. En todos esos momentos ella se había sentido más grande y un poco menos chica pero sentía que esa niñez todavía estaba dentro suyo, latente. ¿Era o no era niña? Después de unos minutos encontró la respuesta, había dejado de ser niña. El momento exacto no lo recuerda pero sabe que no hace mucho tiempo sucedió, fue cuando después de muchos años hizo esa pregunta que se le hacen a los nenes en la primaria y que uno no la recuerda hasta sus 18 años cuando hay que reformularla.

¿Qué querés ser cuando seas grande?

"¿Cuando sea grande? Que insólito- penso ella- ya soy grande, porque ya es hora de decidirlo". De pronto, una nube en su cabeza, un sonido muy agudo y la sensación de que le están sacando miles de fotos con flash, se marea y se sienta.

¿Seguir lo que le dicen sus padres? ¿Lo que dice su amiga? ¿Lo que hay en su ciudad? ¿Lo que le de plata? ¿Lo que le de fama? ¿Lo que se le de la gana? No sabe. Había pasado los últimos meses paseando por terrenos desonocidos y probando nuevas ciencias, artes y disciplinas para encontrar una que le calzara, pero nada la llenaba. Ninguna de esas actividades tenía emoción alguna para ella, ninguna la hacía feliz. Estresada los últimos meses sentía que nunca encontraría la vocación de su vida, como si su camino no tuviera rumbo.

El cuarto cigarrillo lo fumó de antojo nada más, ya ni siquiera pensaba, más bien se esforzaba por sacar toda idea de su cabeza. Miraba a la gente pasando por la puerta de su casa, donde se había ubicado una hora atrás, veía como caía el sol y las casas tornaban un color anaranjado, miraba la luz que parpadeaba porque hacía meses que no la arreglaban, veía gente y sus profesiones en cada una de sus caras y sus formas de caminar, se veía en el reflejo de la ventana y encontraba un gran vacío en ella.

Las ganas de despejarse eran inevitables y no lo iba a lograr jamás fumando como típica histérica y mirando pasar a la gente que volvía de sus trabajos, volvió a la casa y salió minutos después con una bici y un reproductor de musica. Carla Bruni a todo volumen y unas pedaleadas mas tarde se encontraba finalmente en paz. Iba despacio, tranquila y el sol ya casi no se veía, habían solo rastros de su existencia en algunas nubes del cielo. Concentrada escuchando una canción, intentando recordar la letra y mirando atentamente la rueda que parecía estar torcida no lo escuchó, ni lo vio y a penas lo sintió... ya después no sentiría nada. Fue un camión, fue un doble acoplado el que la rozó, la tiró y finalmente la pisó, fué un Wolsvagen 2007 el que acabó con su vida.

De pronto ya no importaba nada, cuantos años tenía, si sabía conducir, si era grande o pequeña, qué estudiaría, lo único que importaba ahora es que había una vida menos. Solo ella podría comprender ahora el motivo por el que nunca encontró su vocación, por el cual nunca era capaz de planear un futuro lejano, por el cual ese día veía su propio rostro y en el no encontraba nada. No estaba destinada a vivir.


Julia Turner.


Fotografía por Julia Turner. Modelo: Julia Troia

Eres obsesión e inspiración


"No crees que es lógico q me obsesiones,

al pintar en tu cara sonrisas, la mayor de mis pasiones es, (...)

no pasa el tiempo si te tengo al lado,

no existen sombras,

desde que haz llegado me haz iluminado.(...)

cuando vamos paseando, conversando,

cuando ves que estoy mirando,

sacando mi lado mas tierno

estudiando tus mivimientos bajo el sol"

Nah- Amor libre

Me sorprendés, cada día un poco más. Porque tus ojos escarvan cada día más profundo, tus caricias son más tiernas, tus palabras delicadas, tus sonrisas más sinceras, cada día te pareces más a tí. Un segundo más que pasa y un sentimiento más que admites, tienes menos miedos a que la gente sepa quien eres y en que andas.

Te quiero así, a escondidas, te quiero a vos y no al que aparenta. Yo deseo al que me juega y al que me acaricia, al que me pelea y al que me mira, yo me adueño del que me hace reir y llorar, yo me pierdo con el que me provoca y manda mensajes, me alegro con el que escucha mi musica y se preocupa por mi.

Esperaba charlas y me las diste, abrazos y no tardaron en llegar, te pedí mensajes y no lo dudaste, los sentimientos llegaron por instinto y los besos ya no los espero, porque recién ahora entiendo que después de distinguirnos tantos años de los demás no los podiamos desilusionar, nuestros besos serían unicos tambien. Nos besaríamos sin los labios, nos besaríamos con miradas y palabras.

Nada de esto debe terminar, nada debe cambiar. Feliz estoy por no ser una más, por ser con la que todo fue distinto y con la que te quedarás. Estoy feliz de que te adueñes de mi felicidad, de que te quedes con cada parte para volvermela a regalar.


Julia Turner


Fotografía por Julia Turner. Modelo: Julia Troia

Poesía


¿Hay algo peor que decirle a una chica de 17 años que su madre está muriendo? Si, lo hay. Que la chica de 17 años sea la que esté muriendo y su madre informando. Hace un par de años no lo hubiera comprendido, mi inocencia me permitía creer que eran siempre los hijos quienes despedían a sus padres. Mi primer recuerdo de una muerte joven es Axel Blumberg y eso fue a mediados del 2004, es decir que yo contaba ya con 10 años pero fue un hecho que me marcó muchísimo. Aún recuerdo haberme encerrado en mi cuarto, luego del discurso de su padre con velas encendidas en la Plaza de Mayo que todos recordarán, intentando escribir con mi poco vocabulario y recursos una poesía para ese padre herído. Eran palabras simples, algunos dirán que eran frases superficiales pero el significado era mucho más profundo cuando se tenía en cuenta el sentimiento con el que lo escribí. Era una niña de 10 años confundida y desesperada porque acababa de descubrir una realidad que jamás había visto, encerrada en mi burbuja como me encontraba hasta ese momento. Era una de las primeras veces que veía el noticiero con interés, me llamaba mucho la atención ver a ese hombre entre el grito y el llanto, implorando piedad por su hijo fallecido. Mis padres vieron la poesía y la enviaron, jamás supe si esa carta llegó a destino, si alguien alguna vez la leyó pero siendo tan pequeña me sentía feliz de que alguien pudiera recibir un poco de apoyo y fuerza, aunque sea de una desconocida.

Hoy aquí me encuentro, en el mismo cuarto donde escribí esa poesía, siete años más tarde, intentando encontrar las palabras justas para escribir una poesía para mis padres. Porque se que ya no quedan tantos niños como yo era antes y que mi muerte no será trágica y por lo tanto nadie jamás sabrá de ella al menos que desee saberlo. Las cámaras no se acercarán a mis padres y ellos no darán ningún tipo de discurso, tampoco estarán sorprendidos por mi muerte porque les ha sido anticipada, pero igual yo quiero que ese día ellos reciban su poesía. Quiero hacerlos sentir bien auqnue ya no esté con ellos.

Julia Turner.

Fotografía por Julia Turner

viernes, 1 de abril de 2011

Ficcion


Me cansé de que mi cuerpo tome las decisiones por mí. Yo quiero poder equivocarme, poder decidir que es lo que quiero y lo que no. Básicamente quiero poder dormir en la posición que mas me agrade y no en la que no sea incómoda, quiero poder abrazar a alguien y no sentir miedo, quiero dejar de subirme la remera cada dos minutos y poner mis manos cuando me agacho, quiero dejar de vivir pendiente, quiero dejar de rechazar chicos por miedo a lo que pueda ocurrir y quiero dejar de hacer oídos a mis deseos con ellos porque se que aunque confío en ellos no puedo ser yo misma, quiero ir a probarme vestidos de quince con mi mejor amiga y usar una malla que me guste todo el verano.

Quiero decidir si tener relaciones con él o no y que mi cuerpo no sea lo que me lo impida sino mis padres, creencias, confianza o lo que sea. Deseo poder usar un corpiño con encaje solo porque desde años es algo imposible y poder cambiarme enfrente de una amiga. Quiero mirarme al espejo y sonreír sabiendo que no soy perfecta pero tampoco anormal.

Desearía dejar de inventar excusas para no ir al río, pileta, cumpleaños, salida o lo que sea. Porque no se puede bailar con polera pero tampoco hay una remera de la que no deba vivir pendiente, porque no se puede poner una malla sin miedo a que se caiga el relleno, porque no se puede hacer un deporte con los amigos por miedo a que te agarren, porque no se puede ir a dormir con alguien por miedo a que se te corra algo mientras duermes. Y te preguntan por allí ¿Por qué vas toda tapada? No es por frío señores, es escalofrío… porque tiemblo cuando pienso que se pueden dar cuenta.

Y siento que este cuerpo no es mío, sino que es el que me han otorgado, pero no puedo moldearlo a mi manera porque hay cosas que no tienen cambio.

Y es mi culpa haber subido todos esos kilos pero tal vez ya no quiera bajar más, y me siento bien así pero hay un bisturí atrás mío que me pide diez kilos menos. Y se los voy a dar para ser feliz nada más. Para tener que preocuparme por otras cosas y no por mi incomodidad.

No es fácil bajar de peso porque también quiero vivir, no quiero ser más rara al no comer con amigas o tomarme un helado con ellas. Y me excedo, lo se… pero es inevitable tras tantos años. Y me acuesto cada noche sintiéndome culpable por lo que comí o lo que no, porque esto también lo creé yo. Lloro antes de bañarme y mientras me baño también, cuando miro de reojo al espejo y cuando miro fijo también, cuando me cambio y cuando pienso en ello, lloro, lloro y lloro.

Y no quiero ser una adolescente más amiga de Mía o de Ana, admito que lo he intentado pero sin resultado, porque eso es sufrir pero no es un sacrificio. Sacrificarse es ir al gimnasio, caminar, correr o trotar, es comer poco cuando querés más y ver a alguien más comiendo lo que tu no puedes, sacrificio es pasar una semana con hambre y no ver a la balanza cambiar pero teniendo en mente que cambiará en una semana más, sacrificio es mirar a las flacas y no odiarlas ni aborrecerlas sino pensar que ellas no ganarán una batalla como la que vos ganarás.

Pasaron ya cinco años y me cuesta aceptarme, ya no se que hacer y hay días y pienso en exceso… hay días que me mataría por una goma y diez kilos menos de peso.

Julia Turner


Fotografía por Valeria Ribas. Modelo: Julia Turner

miércoles, 30 de marzo de 2011

Inconclusa n 2


Si no puedes pensar otra cosa que en tu novio tienes un problema. Si no puedes hacer otra cosa que no sea la que hace tu novia tienes un problema. Si gastas todo tu dinero en tu novio tienes un problema. Si los únicos planes que haces son con tu novio tienes un problema. Si los únicos mensajes que tienes en tu celular son los de tu novio y tu madre tienes un problema. Si todas las noches te acuestas a dormir pensando en tu novio tienes un problema. Si sientes que el mundo se acaba si tu novio no está contigo... definitivamente tienes un problema. El problema es que estás dejando ir tu vida en algo que no existe, algo como el amor.

En tiempos remotos, porque todo siempre comienza en tiempos remotos, dos personas se conocieron, se gustaron, se "enamoraron". Piiiiiiiiiip, error. Dos personas, se encontraron, se gustaron y nació un sentimiento mutuo. ¿Qué es ese sentimiento?

Una persona no lo es todo para nadie. El amor no existe, es solo algo en lo que nos empeñamos en creer.

Julia Turner

Fotografía por Julia Turner

Doble ve, doble ve, doble ve, punto, facebook, punto, com, punto, ar


"3925 había sido su redord, a el llegaba un lunes por la mañana cuando su última solicitud de amistad enviada había sido aceptada. No importaba quien era esta persona, cual era su nombre, sexo o edad, lo que importaba era el número al que ella llegaba. Ella no conocía a esta persona, así como no conocía personalmente a dos tercios de sus "amigos", ni profundamente a siete octavos de ellos". ¿Y ahora qué? "Elemental, mi querido Watson": "socializar".¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?. Desde el principio es más sencillo. Aquí corto.

Se creó al cuenta para no ser de menos, para incluirse en las conversaciones y enterarse la vida privada de la gente. Tal vez pensó que no sería un vicio o que nada cambiaría. Pero de pronto las amistades se hacían con cliks y no con confianza y ya no era dificil eliminar a alguien de la vida. Bueno... si eso es vida.

Se sentía una más, con su "vida nueva" podía fingir ser alguien que no era, podía photoshopear cada una se sus fotos, y mentir en cada uno de sus estados, podía vivir donde quisiese y hablar los idiomas que le gustaban. Pero lo qué más la atrajo fue poder hacer muchos más amigos de los que había podido hacer hasta el momento.

¿Pero de que sirve? Hacer clicks no te va a asegurar que cuando te pase algo allí estarán, ellos no serán la mayoría en tu funeral, no los puedes abrazar y jamás te verán llorar, no podrás tocarlos ni sentirlos. Lo peor de todo es que jamás sabrás si son verdad, mirarlos a los ojos es un lujo y que sean sinceros con ellos no es parte de esta sociedad.

Sus ojos son pixeles y sus frases se acomodan en código binario, cada una de sus sonrisas son virtuales y pueden borrar un sentimiento con la misma rapidez que una publicación.

Ellos no son reales, esta vida no es real. Dejarse atrapar por esto es lo peor que te puede pasar porque pronto dejas de vivir tu vida para meterte en la de los demás. Y no puedes evitar saber la nueva relación, o escuchar la misma canción que el que la publicó, no resistes la tentación de entrar en el perfil de quien te gustas para añadir otra descepción. Y si no te gusta lo que te dicen lo puedes eliminar y los comentarios de las fotos donde sales mal se desvanecen en el mundo virtual.

Dejaron de ser amigos, son simples personas que aceptaron meterse en tu privacidad.

Julia Turner

Fotografía por Julia Turner. Modelo: Julia Troia

Mi mejor amigo


Siento que ya no puedo vivir en este mundo, o por lo menos no puedo vivir sin pensar en ti. Parece imposible pero cada una de las cosas me hacen acordarme directa o indirectamente a vos, si no es el celular con tus mensajes es la computadora con tus mails, si no es las estrellas que miramos juntos es el programa que miramos. Es la play, las comidas, el perfume, el gesto, la plata, las calles, la lluvia, las risas, el deporte, el sol, mi cama, tu cama, la luz del cuarto e incluso los cordones. Una calle en especial y un hall en particular. Unas marcas en común y diesiciete abrazos que cuento aún. Fueron solo cuatro te quieros en tantos años pero demasiado siginificado, y ni un solo beso. Fueros roces y volaron piñas, fueron abrazos y quejidos, fueron cosquillas y gritos, ya fue todo.

Hoy te miro y sonrio sabiendo que jamás serás mio, pero me rio porque ese tiempo no fue desperdiciado, gracias a tantos momentos compartidos hoy tengo a mi mejor amigo.

Julia Turner

Fotografía por Julia Turner. Modelos: Kendal Scott y Pablo Mastroberti

Inconclusa n 1


De pronto siento que estoy desperdicionado mi vida. Paso las horas frente a una comutadora, encerrada en mi casa y lo unico que hago es comer y dormir. Siento que si muero en este moemnto nada sería distinto e incluso a veces sospecho que me puedo llevar por el impulso y terminar con mi vida.

Ya nada me importa, si me dejan salir o si no, si él me ama o me odia, si ellos me perdonan o no, siento que con el sol y el aire de mi jardín alcanza y no hace falta ir a la montaña, que con mil duchas uno puede remplazar unas gotas de lluvia, siento que el afecto puede ser remplazado con la imaginación. Soñar que el me acompañana, soñar que me toca, que me besa, soñar que bailamos una cancion juntos y que me dice que luzco hermosa.

La locura siempre estuvo, pero las alucinaciones son nuevas. Nunca creí que me podía dejar dominar por mi cabeza y que pronto mi inconciente me hiciera parecer conciente. Ya es normal despertarme por las mañanas empapada en sudor y lágrimas, es costumbre mirar fijo al espejo y sentir que me responde, no me sorprendo si siento cadenas en los pies y vendas en mis ojos. De pronto ya estoy acostumbrada a este nuevo mundo.

Comparo con la cárcel pero ésta debe ser mejor porque uno sabe que tan malo es, a cada persona que hizo lo mismo se le dio la misma condena. Pero mi condena es...


Julia Turner

Fotografía por Julia Turner. Modelo: Fernanda Llambí

Imitarlo pero jamás igualarlo


Estaban tirados en la cama, cansados, su respiración la oiría cualquiera que pase por la puerta pero no corrían ese riesgo porque hacía horas que estaban solos en la casa. Desde que ella recordaba siempre habían estados solos en esa casa, casi no recordaba la cara de los padres de su amigo, que ya no era amigo, hacía ya unas horas que habían abandonado años de amistad para probar algo más. Ella se sentía protegida entre sus brazos, siempre se había sentido protegida a su lado pero esa tarde en particular sentía que ese cuerpo le pertenecía en parte. El se sentía tranquilo, como nunca antes en su vida, no le importaba si escondía la verdad o la ocultaba, él que siempre hacía secreto todo lo que le sucedía. Desnudos en la cama ya no podían ocultar nada, ni defectos ni sentimientos porque la vuelta atrás no era una opcción, siempre habían sido partidarios de que arrepentirse no sirve para nada porque no se puede volver en el tiempo. En ese momento no se arrepentían, incluso si hubieran podido retroceder unas horas.

El agacha la cabeza, ella no puede evitar mirarlo, él cierra los ojos suavemente, ella besa su hombro, él inclina su cabeza hacia ella, ella se revuelve los pelos y por fin él rompe el silecio:

- Sabés qe me molesta.

- Lo sé.

- ¿También sabías que te quiero?

- Nunca lo dudé

De pronto parecía que ese tipo de conversación fuera cotidiana entre ellos, pero la verdad es que ella nunca lo había escuchado hablar de sentimientos, aunque era cierto que suponía que algun sentimiento tenía guardado bajo ese corazón de piedra. Siguieron hablando, la conversación no llegaba a ningún lado y ella quería callarlo con un beso, no se animaba porque pensaba que no había suficiente confianza hasta que fue él quien se dio cuenta que las palabras estaban de más, la tomó del cuello y la besó.

Interrumpiendo la adictiva armonía en la que se mantenía desde hacía un rato, ella con la cabeza en su pecho y el rodeandola con sos brazos haciendole caricias en el brazo, sono una alarma. Ella se asustó y saltó, él rió porque siempre sus gestos eran exagerados y esta vez había saltado, literalmente, de la cama. Con la risa de fondo ella atiende su telefono.

- si, no, si, no, no, bueno, ya voy.

Él la miró buscando respuestas, ella simplemente tomó su bolso y se dirigió a la puerta, él la siguió. Subieron las escaleras, atravezaron el pasillo y frenaron en el comedor, estaban justo enfrente de esa ventana por la que ella tantas veces había mirado en búsqueda de respuestas los meses anteriores, él la miró con ternura al notar que en su cabeza corrían mil ideas a la vez, no dudó en tomarla de la cintura y besarla.

Diez minutos más tarde ella caminaba hacia su casa con una lentitud propia de quien se acaba de romper el fémur, iba pensando e intentando contener la sonrisa. Era feliz, un hombre la había hecho feliz más allá del placer sexual, su te quiero había valido más que los besos de cualquier otro chico. Ahora no sabía que hacer... ¿Debía finjir que nunca había ocurrido y volver a ser su amiga? Debía pero no era lo que quería.

Al día siguiente ella lo vio en el colegio, en ese momento le resultó una maldición ir al mismo curso. Nunca habían procurado sentarse tan lejos, pero aunque los separaran un par de metros no podían evitar mirarse. El no comprendía en que momento ella se había vuelto irresistible y ella no podía controlar sus emociones y en su cabeza recordaba momentos de la tarde anterior. Salieron del colegio, cada uno para un lado... cuadras más adelante vibra el celular de ella, frena y mira el mensaje, sonríe, se había librado de un peso, ya no tedría que fingir que nunca había ocurrido... el no se había arrepentido. Ella hizo una cuadra a la derecha, él una cuadra a la izquierda, de pronto solo los separaba una calle. El medio del centro, la una del mediodía, veite autos y treinta personas pasando a su alrededor por minuto, el semaforo que pasa de verde a rojo, de rojo a verde, las bocinas, el sol calienta y el viento que enfría, los negocios bajando sus rejas... pero lo unico que importaba en ese momento eran ese par de ojos, miradas penetrantes y seguras, él cruza la calle sin mirar y la abraza, fuerte como si temiera que ella se fuera a escapar, la besa en una mejilla.

- Perdí la verguenza.

Sus manos se entrelazan y caminan con el mismo rumbo, ese cuarto donde empezaron como amigos y donde ayer decidieron después de muchos meses comenzar un amorío.

Julia Turner

Fotografía por Julia Turner. Modelos: Fernanda Lambí y Lorenzo García

miércoles, 23 de febrero de 2011

Él


Nunca creí en el amor y no creo que sea le momento para empezar a hacerlo, pero un día como hoy me cuestiono este conecpto. Muchachas he visto miles y mi cama ha saboreado todos los perfumes, pero jamás he sentido nada. He estado con mujeres que duran lo que un suspiro y también con aquellas vírgenes que aferradas se quedan a su primera desnudez privada porque en los sentimientos parecen creer. De ellas me he deshecho una por una.

Hay solo una mujer que perdura en mi vida además de mi querida madre. Esa mujer es intocable para mi, y no porque a ella yo no la quiera sino porque demasiado la quiero yo. Acostumbrado a herir al sexo femenino, a dejar mujeres con corazones rotos, a mentirles y usarlas no quiero hacer con ella lo mismo. Pero no se puede evitar quererle, es imposible, y varios hombres pueden demostrarlo, pero yo se que ellos no son los indicados para tan maravillosa mujer, yo tampoco lo soy, pero a vces me gusta creer que si.

La deseo pero no me animo, la abrazo fuerte porque tocarla es un vicio, me acerco lentamente solo porque se que ella tambien muere de ganas. Los roces, las sonrisas, las miradas y hasta nuestras peleas me hacen querer estar a su lado y no alejarme más- Pero todo esto es reprimido por el temor de asmbos a perder lo mucho y espcial que tenemos, no imaginamos la vida dle uno sin el otro y por eso preferimos no arriesgarnos. Dicen que el que no arriesga no gana, se ve que quien lo dijo no estaba arriesgando a una amiga como ella. Ambos sabemos los que sucede, pero reconocerlo es un tema totalmente distinto.

Nuestras vidas continúan, a la par pero nunca unidas. El problema lo tenemos antes, traatamos de sustituirnos el uno al otro pero nunca es posible, no conozco a nadie que pueda ocupar su lugar, no como amiga ni como algo más. años me costó encontrarla y más todavía comprenderla, y bien que vale la pena. Porque he conocido mujeres por más tiempo pero que aún así no comprendo.


Foto: Kendal Scott por Julia Turner

Candelaria Rios, un año.


No te conocí, no se el motivo, pero no te conocí. Tal vez el destino no lo quiso porque sabía que no podría soportar perder a alguien así, como te describen tus amigas hoy y siempre, como se esfuerzan por ser porque sabían que eras ejemplo.

No te conocí pero te vi pasar, no te conocí pero te siento en cada uno de los que te rodearon, no te conocí pero aún así lloro cuando recuerdo lo que te sucedió.

Escucho a tus amigas y las admiro, la fuerza que tienen es indescriptible. Pienso en ti y también te admiro, son pocas las personas que a tan corta edad dejan una huella tan grande en los corazones de los otros. Parece que hubieras hecho de cada segundo de tu vida una buena acción que recordar.

Hoy te veo en fotografías y lloro como si te hubiera conocido, pero se que no fue así y a la vez te siento tan cerca que no lo creo. ¿Cómo hace una persona para extrañar a alguien que jamás le habló, con quien jamás interactuó?

No se compara mi dolor con el de cualquiera que te haya conocido, pero quiero que tengas presente que igual se siente porque hay personas que te aman y que cuando tu cuerpo ya no estaba aquí se preocuparon por hacerte presente en cada lugar, así te sentí.

En sus ojos estaban los tuyos, en sus sonrisas y en sus lágrimas, en los abrazos, en las oraciones, en cada encuentro y sus espacios de soledad, en la escuela mientras estudiaban y en la plaza mientras charlaban, yo te sentí.

Y hoy te siento, hoy las acompaño a todos los que si te conocieron y me permitieron ver tu reflejo en ellos porque se que eras especial, lo eres y lo serás.