domingo, 11 de diciembre de 2011

Extraño


No voy a mentir, no se me ocurriría decir que no extraño la vida que llevaba antes. Si, lo hago. Extraño las locuras que hacía por un hombre, extraño verlo a escondidas, extraño los viajes, el traje del trabajo, la sonrisa, las anécdotas de la familia, los mensajes inesperados, la piel, la duda, los primeros te quiero, el engaño, los planes futuros, la tonada, la cicatriz de la muñeca, los ojos profundos, el cuerpo, la forma de hablar, hasta las mentiras le extraño.  
De otro extraño sus abrazos, su otra tonada, sus propios padres, sus sueños, su música, sus mensajitos, sus risas constantes, sus cargadas, sus golpes, sus ojos, sus piernas llenas de golpes, su inteligencia, sus apuestas, sus milanesas, sus besos inbesables, sus toques, su aliento. 
También extraño de otro las rimas, las escapadas, los encuentros casuales, las ganas, las miradas complices, la inestabilidad, la necesidad de querer sin quererlo, la ideología, la forma de vida, las plazas, el río, la indiferencia, la seguridad, las amigas, las conocidas, la cara. 
Extraño muchas cosas de muchos hombres, extraño dias enteros, extraño noches, extraño los extraños, extraño los olores y las sensaciones. Extraño una forma de vida, pero a la vez ansío otra. 
No extraño el perfume , las lágrimas, los satélites, las frases, los chistes, la verguenza, el color de la piel, el esfuerzo, los rulos, las historias, el conocimiento, los besos, la calma después del huracán, las peleas, la musica tranquila, Adele, los lugares exóticos, los mimos, los masajes en los pies, la ayuda constante, la preocupación. 
No extraño el amor porque nunca lo había tenido, no lo extraño porque ahora si lo tengo. 
Podré extrañar muchas cosas de otros hombres pero sería doloroso tener que extrañar el amor que recibo hoy. 
Julia Turner

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