domingo, 11 de diciembre de 2011

Martes por la mañana


Después de tres años logré sacarmelo de la cabeza. Defnitivamente un clavo si saca a otro clavo. Por fin logre entender que él me hacía feliz pero de una manera muy distinta a la que pensaba yo. Porque el no me iba a sacar a bailar, él no me iba  a dedicar una canción, él no me iba a besar enfrente de todos y decirme te amo, él nunca iba a convertirse en un principe azul. Él es un amor distinto, es mi compañero en la vida, es mi hombro para llorar y mi mano que agarrar, pero jamás va a ser el que me haga amar. Él es especial a su manera y siempre lo será, el fue especial y nunca lo voy a olvidar.
Al que quiero al lado en mi vida es al que tengo hoy, el que me hace reir y llorar, el que me escucha, me entiende, me quiere, me respeta... él si es el que me enseñó lo que es el amor. Él no manda en la relación pero yo tampoco lo hago, ahí comprendí lo que siginifica ir a la par. Jamas había compartido, jamás habia querido al otro más que a mi misma, jamás me había mostrado como soy yo en realidad, ni siquiera había sido capaz de enojarme años atrás. Con él no tengo miedo. 
Lo que me gusta es que lo puedo abrazar cuando quiero, lo puedo besar, le puedo pedir calor y le puedo pedir espacio. Lo puedo hacer reír y llorar, pero no es un muñequito, lo que hago en él lo hago porque él lo quiere también así como todo lo que él hace en mi es porque quiero ser influenciada por él.
Julia Turner

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