domingo, 11 de diciembre de 2011

Porque me importás


Abrí el cajón sin saber lo que buscaba, y encontré algo sin saber que lo necesitaba. Allí estaba desde hacía un poco menos de dos años la caja roja con forma de corazón y allí dentro todo lo que mi corazón había guardado en memorias estaban convertidas en recuerdos físicos. Cuatro boletos de colectivo, un papel de bon o bon, un chupetín, una caja de cigarrillos, una entrada de cine, una placa de un BMW y un anillo con un corazón. 
Ese anillo que me regalaste cuando no eramos nada más que amigos, ese anillo que me diste el día que te empecé a querer, ese anillo que llevé puesto por más de tres meses. 
Y así empecé a recordar, a recordarte. Y me acordé del día que te sentí más cerca que nunca, ese día en el Marimenuco que me abrazaste tan fuerte, ese mismo día que me agarraste la mano por primera vez, el primer día que pasamos más de dos horas juntos. Recordé también tu primer beso, nuestros primeros masajes y también los primeros mensajes. Vinieron a mi memoria mis histeriqueos y tus risas, tus amigos y mis mates feos. Se acercaban a mi memoria una sonrisa tras la otra. No puedo sacar de mi mente todavía todos los momentos en los que me acompañaste y me escuchaste, la carta del final, los últimos mensajes. 
Pienso cada día en esas veces que casualmente quisimos revivir la pasión, pienso en todo lo que sentí. Me pregunto el motivo por el que todas las veces vuelvo a tí. 
Es que te quiero, es que me aceptás como soy, es que me protegés y te importo, es que me conocés bien. 
Y estoy feliz hoy porque puedo soñar con vos sin sentir culpa, porque puedo abrazarte y besarte como y cuando quiera.
Es que estoy feliz de que una vez más hayas vuelto a mi.  
Julia Turner

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