miércoles, 23 de febrero de 2011

Candelaria Rios, un año.


No te conocí, no se el motivo, pero no te conocí. Tal vez el destino no lo quiso porque sabía que no podría soportar perder a alguien así, como te describen tus amigas hoy y siempre, como se esfuerzan por ser porque sabían que eras ejemplo.

No te conocí pero te vi pasar, no te conocí pero te siento en cada uno de los que te rodearon, no te conocí pero aún así lloro cuando recuerdo lo que te sucedió.

Escucho a tus amigas y las admiro, la fuerza que tienen es indescriptible. Pienso en ti y también te admiro, son pocas las personas que a tan corta edad dejan una huella tan grande en los corazones de los otros. Parece que hubieras hecho de cada segundo de tu vida una buena acción que recordar.

Hoy te veo en fotografías y lloro como si te hubiera conocido, pero se que no fue así y a la vez te siento tan cerca que no lo creo. ¿Cómo hace una persona para extrañar a alguien que jamás le habló, con quien jamás interactuó?

No se compara mi dolor con el de cualquiera que te haya conocido, pero quiero que tengas presente que igual se siente porque hay personas que te aman y que cuando tu cuerpo ya no estaba aquí se preocuparon por hacerte presente en cada lugar, así te sentí.

En sus ojos estaban los tuyos, en sus sonrisas y en sus lágrimas, en los abrazos, en las oraciones, en cada encuentro y sus espacios de soledad, en la escuela mientras estudiaban y en la plaza mientras charlaban, yo te sentí.

Y hoy te siento, hoy las acompaño a todos los que si te conocieron y me permitieron ver tu reflejo en ellos porque se que eras especial, lo eres y lo serás.


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