
Ese día estaba en tu casa lavandome la cara en tu baño, cuando levanté la vista me vi reflejada en el espejo y tu estabas detrás mío. No pude evitar mirarte por el espejo y me abrazaste desde atrás, tus manos rodeando mi cintura me hacían sentir cómoda y tu cabeza apoyada sobre mi hombro también. Nos miramos los dos al espejo, era la primera vez que nos veíamos juntos, nunca jamás lo habíamos hecho porque no teníamos fotos y jamás habíamos estado abrazados frente a un espejo o vidrio. Nos sorprendimos, nos veíamos bien. No pude evitar notar que mis ojos no eran los mismos que cuando me veía en el espejo de mi casa, los tuyos eran los que siempre tienes cuando me miras pero no los mismos que cuando miras a tus amigas. Nuestras caras eran raras, no eran las de siempre. Supongo que eso es lo que ve la gente cuando estamos cerca, eso es lo que los hace preguntarse sobre nosotros, eso es lo que los hace decir esa palabra que no te gusta escuchar. Somos muy evidentes, nadie se cree las mentiras que les decimos hace años... ya no existe esa mentira porque nadie la cree.
Julia Turner
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